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4 de agosto de 2010

No cualquiera puede, consejos pre-running


Si bien esta actividad entrega muchos beneficios, es importante tomar en cuenta algunos consejos antes de lanzarte a correr como una loca por calles y parques de la ciudad.

Para el ser humano correr es algo tan natural como respirar, y es seguro que hemos sobrevivido porque nuestros antepasados fueron buenos corredores. Esta característica les permitió conseguir sus presas, huir de depredadores y trasladarse rápidamente a ambientes favorables para vivir y reproducirse.

En el último tiempo correr o practicar running ha comenzado nuevamente a sumar seguidores, consolidándose poco a poco como una nueva tendencia para mantenerse en forma de manera fácil, barata y al aire libre. Sin embargo, no basta con comprarse unas zapatillas ad-hoc,un ipod y el mejor buzo. Antes de lanzarte al running sé precavida y realízate un chequeo.

El doctor Federico Gili, traumatólogo de Clínica Alemana y corredor asiduo, explica que existen una serie de factores que no deben pasarse por alto, como por ejemplo, el peso.“Correr para bajar de peso es casi un imposible. Una persona con obesidad debe por lo menos pasar a la categoría de sobrepeso antes de pensar en correr. Es necesario tener un índice de masa corporal (IMC) menor o igual a 30 para empezar. Si el IMC es superior a 30 primero se debe hacer una dieta y practicar natación, bicicleta o gimnasio con ejercicios de bajo impacto, hasta lograr el lMC adecuado explica.

También son fundamentales aspectos como el estado cardiovascular, ya que si se es mayor de 40 años, o con antecedentes personales y/o familiares de enfermedad al corazón y/o alteraciones circulatorias en las extremidades inferiores, es recomendable efectuar un chequeo para evaluar si es necesario tratar alguna patología de base. Hay que considerar también el estado músculo-esquelético, porque existen situaciones congénitas o adquiridas (accidentes y/o enfermedades) en columna y extremidades inferiores que pueden contraindicar la práctica del trote o hacer necesaria alguna corrección para minimizar riesgos.

Se debe partir con metas realistas y en el camino se va arreglando la carga acomodándola a la realidad particular y al rendimiento. Contar con apoyo también ayuda, por lo que incorporarse a un grupo de corredores dirigidos por un entrenador con experiencia puede ser un buen método añade Gili.

Si todo lo que te dijimos no es problema para tí —es decir, estás sana o bien ya superaste una obesidad, por ejemplo—, aún hay algunos temas que hay que tener en cuenta antes de partir. Todo deportista debe tener claro que el running tiene sus riesgos, y adquirir alguna lesión por sobrecarga o sobreuso es uno de ellos. Si bien es normal que alguna porción del cuerpo queda adolorida al correr, esos dolores suelen desaparecer entre 24 y 48 horas después, y se puede retomar el siguiente entrenamiento sin limitaciones. Pero si el dolor persiste o empeora al retomar la actividad física, seguramente se está ante el umbral de una lesión por sobrecarga. lo que significa que, por lo menos, la sesión previa fue excesiva.

Las lesiones ocurren principalmente cuando colocas tus demandas por delante de tu capacidad adaptativa, la que es limitada y multifactorial edad, antece­dentes, contextura física, estado físico, tipo de mentalidad, hábitos, etcétera). En cambio, las demandas lamentablemente pueden ser infinitas y engañosas. Reglas que permiten resolver de alguna manera este dilema:

  • Entrenar lo menos 3 veces por semana. Ser guerrera de fin de semana” es la forma más frecuente de adquirir una lesión por sobrecarga severa.

  • Escuchar cuerpo. Si alguna vez sientes desgano, cansancio y deseos de no entrenar, es normal. En estos casos puede ser aconsejable hacerle caso a esta sensación y tomar un descanso o practicar otro deporte, como bicicleta , natación.

  • Seguir las instrucciones del entrenador al pie de la letra. “El ha reali­zado una evaluación y ha hecho un seguimiento de la persona. por lo que sabe mucho mejor cuáles son sus límites y capacidades”. explica el traumatólogo. Los corredores más experimentados normalmente logran tolerar las lesiones leves y se ajustan a ellas —siempre que no tengan un carácter progresivo o limiten su rendimiento- pero si eres novata ésta es una práctica peligrosa, ya que no manejas tus límites y desconoces la evolución de ellas a largo plazo. Las lesiones por sobrecarga responden de un modo muy rápido al tra­tamiento en sus etapas iniciales, por eso hay que consultar a tiempo. Se puede pedir consejo a los corredores más experimentados, al entrenador o simplemente ir al traumatólogo. Es muy tentador obviar el problema si se tienen metas competitivas cercanas, pero si se toma este camino el fracaso es seguro’: concluye el doctor Gil.

Fuente: Publimetro

Aporte de Jacqueline Jollán

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